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El ingeniero Calculista y el Peligro de la Costumbre


La experiencia ganada con el paso de los años hace que nuestra labor cada día sea mas fácil de realizar, por lo que en muchas ocasiones terminamos adaptando costumbres a nuestra labores diarias con el fin de hacer cada una de nuestras tareas de una forma mas rápida y eficiente.

Y es que la experiencia trae consigo la confianza gracias a aquello que nos ha salido bien durante nuestros años de calculistas, pero que en muchas ocasiones, esta nos hace caer en el peligro de la costumbre... ese el de asumir comportamientos en nuestras estructuras,  el de evitar verificaciones que en la mayoría de los casos nos ha resultado innecesaria,  o el de minimizar factores de seguridad, todo esto bajo la absurda suposición que lo probable pueda ser improbable.

El llamado que nos hace nuestra profesión a hacer las cosas de la forma correcta, es un llamado con la sociedad, es un compromiso con quienes confían en nuestros diseños y en quienes confían su vida construyendo o haciendo uso de estos. Es un compromiso con aquella familia que ha depositado los ahorros de toda una vida en la vivienda de sus sueños o en aquel inversionista que ha puesto todo su capital en nuestras manos... 

El diseño es una parte del eslabón de la construcción que debe ser realizado con el mayor de los cuidados y detalles; por lo que debemos hacer uso responsable de todas aquellas herramientas que tenemos a nuestro alcance y mucho mas aún un uso responsable de toda nuestra experiencia.



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